Cuando salimos de las adversidades, o cuando pensamos que hemos pasado por lo peor del asunto, se nos prende de la mano la serpiente. En estos casos, en lugar de lamentarnos de lo mal que nos va, es necesario que nos "sacudamos" cualquier dificultad, pues es en esos momentos donde veremos a Dios obrando milagros y maravillas en el nombre de Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario